El presidente de EEUU, Donald Trump, presentó una nueva propuesta para imponer tarifas a los buques comerciales de China, como parte de una estrategia para reducir el dominio marítimo del país asiático.
La Oficina del representante de comercio de EEUU (USTR) anunció el plan, que incluye tarifas a las embarcaciones construidas en China y mandatos que obligarían a transportar un porcentaje de productos estadounidenses en buques de bandera estadounidense.
Según Más Container, la propuesta surge de una investigación comercial iniciada durante la administración de Joe Biden, la cual concluyó que China domina injustamente los sectores marítimo, logístico y de construcción naval.
USTR detalló que este dominio se basa en costos laborales artificialmente bajos, transferencia forzada de tecnología y prácticas que eliminan la competencia. Por ello, la propuesta contempla tarifas de hasta US$1,5 millones por cada recalada de un buque construido en China a un puerto estadounidense. Estas tarifas aplicarían no solo a embarcaciones de propiedad china, sino también a cualquier operador que tenga barcos fabricados en China.
Si bien la propuesta busca fortalecer la industria naval estadounidense, los costos adicionales podrían traducirse en precios más altos para los consumidores estadounidenses.
También existe incertidumbre sobre si estas medidas bastarían para revivir la capacidad de construcción naval en EEUU, dado que el país actualmente ocupa el puesto 19 en el mundo, con menos de 5 buques comerciales construidos anualmente. En comparación, China produce más de 1.700 buques cada año.
La propuesta también establece que, inicialmente, al menos el 1% de las exportaciones estadounidenses por vía marítima deben transportarse en buques de bandera y operación estadounidense. Este requisito aumentaría progresivamente hasta alcanzar el 15% en siete años, incluyendo la condición de que los buques sean construidos en EE.UU.
Reacciones mixtas
La medida ha generado reacciones mixtas. Los sindicatos y legisladores pro-industria la apoyan como una oportunidad para recuperar el control marítimo y reducir la dependencia de China. Sin embargo, los minoristas y operadores portuarios advierten que el aumento en los costos de transporte podría afectar la competitividad de los productos estadounidenses y exacerbar la inflación interna.
China ha rechazado la propuesta, afirmando que no revitalizará la industria naval estadounidense y que solo incrementará los costos en las rutas comerciales afectadas. Un portavoz del Ministerio de Comercio chino declaró que estas medidas «perjudicarán los intereses de los operadores portuarios y trabajadores estadounidenses».
La propuesta también está alineada con la política de “América Primero” impulsada por Trump, que incluye la prohibición de inversiones chinas en infraestructuras críticas de EEUU, como las terminales portuarias. La reciente orden ejecutiva de la Casa Blanca busca evitar que empresas chinas, como COSCO, amplíen su control sobre puertos estadounidenses.
La USTR llevará a cabo una audiencia pública en marzo para evaluar los comentarios de las partes interesadas antes de implementar las tarifas bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974.
Mientras tanto, la administración Trump deberá decidir si adopta por completo las recomendaciones del informe, en medio de un contexto de crecientes tensiones comerciales entre ambas potencias.
Compartir
