La histórica industria de la pera en California, cuyos orígenes se remontan a la época de la «Fiebre del Oro», atraviesa uno de sus momentos más críticos. Representantes del sector han iniciado conversaciones urgentes con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para solicitar medidas drásticas contra el aumento de las importaciones de peras provenientes de Argentina.
Según el Consejo Asesor de Peras de California, el mercado estadounidense está siendo «inundado» por fruta argentina a bajo precio justo antes de que comience la cosecha local en julio, lo que está empujando a los pequeños agricultores al borde de la desaparición.
Chris Zanobini, Director Ejecutivo del Consejo, reveló que desde 2016 las exportaciones de peras frescas de Argentina hacia EEUU han crecido un 125%.
Aunque Argentina es un proveedor tradicional de contraestación, durante el invierno, la estrategia ha cambiado: Ahora, el 70% de sus exportaciones llegan entre abril y mayo. Esto provoca que, cuando los productores californianos están listos para enviar su fruta fresca recién cosechada, los estantes de los supermercados sigan saturados con producto argentino almacenado.
«Los minoristas prefieren estas importaciones baratas en lugar de nuestras peras frescas. Lo peor es que el consumidor no ve un descuento en el precio; esto perjudica tanto al agricultor como al bolsillo del ciudadano», señaló Zanobini.
La disputa no es solo por volumen, sino por calidad. La industria de California denuncia que las peras argentinas que llegan en primavera han pasado hasta seis meses en cámaras de frío y son tratadas con 1-MCP, un agente químico que retrasa la maduración.
«Nuestros productores se han comprometido a no usar nunca este químico», afirmó Zanobini, añadiendo que «la fruta importada a veces ni siquiera llega a madurar correctamente en el frutero del consumidor, dañando la reputación de la pera en general».
James Christie, presidente de Bryant Christie Inc. (BCI), explicó que la situación requiere medidas que vayan más allá de los impuestos fronterizos. Las peticiones específicas al USTR incluyen:
Establecimiento de cupos (cuotas) de importación para Argentina.
Ventanas temporales de exclusión, periodos definidos en los que no se permita la entrada de fruta extranjera para proteger el inicio de la cosecha nacional.
El sector de la pera de EEUU se suma así a otros gremios agrícolas (como citricultores y ganaderos) que exigen una política comercial más agresiva. Zanobini lanzó una crítica directa a las prioridades diplomáticas actuales: «Mientras la administración Trump otorga al gobierno argentino un rescate de 40.000 millones de dólares, creemos que hay margen para negociar un acuerdo justo que evite que esas importaciones destruyan a los agricultores estadounidenses en su propio mercado».