Durante el pasado GrapeTech 2025, evento que reunió al sector de la uva de mesa chilena, convergieron múltiples visiones y diagnósticos desde distintos actores de la industria, a través de exposiciones y paneles de conversación como el que analizó el tema: “Competencia Global y Logística”, integrado por Ricardo Barkhahn, gerente de Cool Carriers; Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile; Felipe Infante, gerente de Quelen Fruits; Felipe Kanacri, gerente de AMFRESH y Pablo González, director comercial de Seatrade y moderado por Ignacio Caballero, director ejecutivo del Comité de Uva de Mesa de Frutas de Chile.
Caballero, comenzó el análisis pidiéndole a los integrantes del panel colocar nota a la temporada de uvas de mesa 2024-25, recién finalizada, siendo catalogada con un promedio de 4,5 debido a los diversos desafíos que se debió enfrentar. Y es que la industria de la uva de mesa chilena atravesó una de sus temporadas más complejas, marcada por desafíos logísticos, exceso de oferta y una creciente presión por parte de los mercados internacionales. Así lo reconocieron los panelistas, quienes coincidieron en que la oferta mundial de la uva de mesa sigue superando la demanda, lo que representa un problema estructural para el sector.
Calidad de la uva: un requisito esencial y un desafío compartido
Durante el panel, la calidad de la uva de mesa fue uno de los temas más reiterados y considerados fundamentales para la competitividad de la industria chilena. Los participantes coincidieron en que la calidad es el principal factor para acceder y mantenerse en los mercados internacionales, y que todos los actores de la cadena deben asumir la responsabilidad de asegurarla.
“La calidad es esencial. Y es esencial porque todos competimos, trabajamos y vamos al mismo consumidor, independiente de la variedad, el producto, el origen, es el mismo consumidor”, observó Ignacio Caballero.
En ese mismo sentido, el representante de Amfresh indicó: “La buena calidad es clave para el movimiento de la fruta, que es lo que permite que el precio sea bueno y que el mercado funcione”.
Pero la calidad también fue puntualizada como clave a la hora de establecer una estrategia de promoción. “Es muy importante que promocionemos con un buen producto, que estemos seguros de que promocionamos con un buen producto, y ahí la calidad, la condición son factores clave”, añadió Iván Marambio.
Por lo mismo, Felipe Infante hizo un llamado a entregar la fruta que los mercados y consumidores esperan. “Por favor, no carguen variedades que ya no sirven. Hacen un daño tremendo. Hay que conversar con el mercado y enfocarse en lo que realmente busca el cliente final”, remarcó.

Logística: Nacional e Internacional
Otro de los temas centrales del análisis del panel fue la logística, identificada como el “corazón del negocio frutícola”. Los panelistas concordaron en que, si bien la logística chilena fue históricamente eficiente, hoy enfrenta graves problemas, especialmente en los terminales portuarios, la falta de mano de obra, la eficiencia y los costos de exportación.
“En Chile, especialmente en la zona central, tenemos una situación muy grave con la mano de obra en los terminales portuarios. Si eso no mejora, es imposible que podamos poner más buques en la semana», comentó Pablo González.
Mirada que fue compartida por Ricardo Barkhahn, gerente de Cool Carriers, quien añadió: “En una semana de siete días, tenemos sábados, domingos y lunes perdidos. Con recursos escasos en mano de obra, dejar fuera 2 o 3 días es crítico”.
Asimismo, la necesidad de mejorar la coordinación con los puertos de destino y la operatividad de éstos, como el puerto de Wilmington en Estados Unidos, también fue un punto importante de la discusión.

Al respecto, es importante observar que EEUU es el principal destino de la uva de mesa chilena, y su principal puerta de entrada es Wilmington, puerto que fue identificado con problemas logísticos y operativos, especialmente en temporadas anteriores. Si bien, los panelistas reconocieron que hubo mejoras y una mayor disposición a corregir errores, insistieron en que aún queda mucho por avanzar para lograr una operación eficiente y confiable. Por lo mismo, mejorar la gestión y la infraestructura en Wilmington fue visto como clave para descongestionar la cadena logística y asegurar la competitividad de la uva chilena en el mercado estadounidense.
El camino futuro
El panel coincidió en la importancia de la coordinación entre productores, exportadores y competidores, especialmente con Perú, para evitar la saturación de los mercados y promover el consumo responsable.
“Tenemos que ser más coordinados, no solo dentro de Chile, sino también con otros orígenes. Además, debemos invertir más en promoción, tanto privada como estatal, para fortalecer la imagen y la marca Chile en los mercados internacionales”, señaló Marambio.
Dentro de las propuestas y prioridades para la próxima temporada, además de mejorar la coordinación interna, reforzando el vínculo entre productores y exportadores, se agregó la necesidad de compartir información desde el mercado al origen.
Asimismo, señalaron como fundamental la creación de campañas potentes de marketing en conjunto con los sectores público-privado y también otros países, lo cual , se está potenciando a través del Global Grape Group (una iniciativa que busca promover el consumo de uva a nivel mundial, integrada por Chile, México y Perú) Por otro lado, interesante resultó como mirada, seguir el modelo en promoción de otras industrias internacionales exitosas como el kiwi neozelandés (Zespri) y la palta mexicana (Avocados From Mexico, especialmente durante el Super Bowl).

También se relevó la importancia de fortalecer al SAG (detección y control de plagas y enfermedades, pero también inspecciones para exportar), optimizar los procesos de empaque y despacho, anticipar los cuellos de botella en días críticos y ser responsables con la calidad de la fruta que se envía, desde que sale del campo hasta que llega al cliente. Por lo mismo, se planteó como importante que los productores tengan la posibilidad de visitar los mercados de destino, para entender la realidad logística y comercial.
“El trabajo que hagamos todas las instituciones, productores, exportadores, Frutas de Chile, Fedefruta, Uva Nova, es decir, todos, pues la idea es que no se quede nadie, que todos trabajemos impulsando las cosas que debemos hacer en Chile, mejorar para competir mejor y en definitiva para ganar”, remarcó Iván Marambio.
En definitiva el llamado del panel fue a la acción conjunta y responsable, invitando a todos los actores de la cadena a trabajar unidos para superar los desafíos y asegurar la sostenibilidad de la industria de la uva chilena.