En una jornada marcada por el estruendo de los tractores y el humo de las hogueras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmó que la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur ha sido pospuesta. Aunque el acto oficial estaba programado para este sábado en Foz de Iguazú, Brasil, las resistencias internas y la agitación social han obligado a reprogramar la fecha para enero de 2026.
A pesar de que el tratado lleva 25 años en negociación, el consenso necesario para su aprobación por «mayoría cualificada» se desvaneció durante la cumbre de líderes celebrada este jueves.
Francia: El presidente Emmanuel Macron reiteró que el pacto, en sus condiciones actuales, no es aceptable para su país, exigiendo controles aduaneros más estrictos.
Italia: La primera ministra Giorgia Meloni calificó de «prematuro» el cierre del trato tras una conversación con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, señalando que aún deben resolverse las preocupaciones de los productores italianos.
Para intentar destrabar la situación, Bruselas negocia una serie de salvaguardas de emergencia que permitirían suspender importaciones en caso de «fuertes distorsiones» del mercado, aunque estas herramientas técnicas no estarán listas hasta el próximo mes.
Mientras los líderes debatían en el Consejo, las calles del distrito europeo de Bruselas se convirtieron en el escenario de una masiva protesta. Según datos oficiales, más de 7.300 personas y un millar de tractores bloquearon los accesos principales.
Los manifestantes denuncian lo que consideran una «competencia desleal». Argumentan que los productos provenientes de Sudamérica no cumplen con los mismos estándares medioambientales y sanitarios que se exigen en Europa, como el uso de ciertos pesticidas y fertilizantes. «Están tratando de imponer el acuerdo por la fuerza», declaró Maxime Mabille, ganadero belga presente en la movilización.
El retraso ha sido recibido con frustración por países como Alemania y España, principales impulsores del pacto. Por su parte, el Mercosur aceptó la prórroga a regañadientes, luego de haber advertido previamente que esta cumbre era la «última oportunidad» para concretar el acuerdo.
La Comisión Europea confía ahora en que las semanas adicionales de negociación permitan blindar el respaldo político necesario para sellar, finalmente, el mayor tratado comercial en la historia de ambos bloques a principios del próximo año.