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Microbiótica y ciruelas deshidratadas

Una alianza fundamental que no se debe olvidar en la dieta

Las ciruelas deshidratadas y los frutos secos, en general, son el combustible perfecto para tener un intestino sano, lugar donde se albergan billones de macroorganismos, donde también se encuentran las ‘bacterias buenas’, detalló Chileprunes

En efecto, estos frutos ofrecen múltiples beneficios para la microbiota intestinal, respaldados por estudios científicos. Su consumo regular puede enriquecer la presencia de bacterias beneficiosas en el intestino, como las pertenecientes a la familia Lachnospiraceae, las cuales ayudan a mantener la integridad de la barrera intestinal y reducen los marcadores inflamatorios en el organismo.

Así lo afirmó un estudio de la Universidad de Pensilvania publicado por la revista ‘Food & Function’, consumir ciruelas deshidratadas puede ser especialmente beneficiosos para las mujeres posmenopáusicas, a quienes les cambia la microbiota intestinal. Se muestra un notable enriquecimiento de un grupo de bacterias asociadas a su capacidad para reducir marcadores inflamatorios del organismo y ayudar a mantener la integridad de la barrera intestinal.  Además, beneficia una microbiotica fecal adecuada, símbolo de una buena salud intestinal.

El microbiota intestinal es una aliada fundamental del organismo humano, desempeñando roles clave en la digestión, el sistema inmunológico, la protección contra patógenos y la regulación del sistema nervioso. Su equilibrio es esencial para mantener una buena salud y prevenir diversas enfermedades.

De acuerdo  con Laura Romano, licenciada en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y con estudios de posgrado en Nutrición Clínica, “la ciruela deshidratada entrega beneficios en el ámbito de la fibra alimentaria y como antioxidante, entre otros. Respecto a la fibra, señala, hay carbohidratos presentes en las plantas que no pueden ser digeridos por el intestino humano, pero sí pueden ser utilizados por los microorganismos intestinales. La fibra retrasa la absorción de los carbohidratos, evitando peaks de glucemia. Es así como este fruto ayuda a digerir los alimentos, absorbe los nutrientes y apoya el sistema inmunológico”.

Además, las ciruelas deshidratadas son una excelente fuente de fibra dietética, con aproximadamente 6,1 gramos por cada 100 gramos de fruta, lo que favorece la salud digestiva y previene el estreñimiento.

Otro estudio anterior, publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry (2016) evaluó los efectos de las ciruelas pasas en la microbiota intestinal y la prevención del cáncer de colon en ratas. Los investigadores encontraron que el consumo de ciruelas pasas favoreció el crecimiento de bacterias beneficiosas, como Bacteroidetes y Firmicutes, y disminuyó las bacterias potencialmente patógenas. Esto se asoció con una reducción en los marcadores de daño del colon.

Yendo un poco más atrás en el tiempo, otro estudio en humanos, publicado en Alimentary Pharmacology & Therapeutics (2011), demostró que la ingesta de ciruelas pasas mejora la frecuencia y consistencia de las deposiciones en personas con estreñimiento moderado gracias a su contenido de fibra y sorbitol.

Tras una buena microbiota intestinal

También conocida como flora intestinal, es el conjunto de microorganismos que residen en nuestro tracto digestivo y desempeñan funciones esenciales para la salud humana. Entre sus principales beneficios se destacan:

  • Funciones metabólicas: Facilita la digestión de alimentos no digeribles, como las fibras, mediante la fermentación, produciendo ácidos grasos de cadena corta que las células intestinales utilizan como fuente de energía.
  • Desarrollo y equilibrio del sistema inmunológico: Contribuye al desarrollo y equilibrio del sistema inmunológico, controlando el crecimiento y funcionamiento de las células intestinales.
  • Efecto barrero: Protege contra microorganismos patógenos al competir por nutrientes y espacio, y al producir sustancias antimicrobianas que inhiben su crecimiento.

Influencia en el sistema nervioso: El microbiota intestinal está involucrada en la regulación del sistema nervioso, influyendo en el estado de ánimo y el comportamiento, lo que ha llevado a denominar «el segundo cerebro».

En definitiva, junto al consumo de ciruelas deshidratadas y frutos secos, para promover un microbiota saludable, se recomienda una dieta rica en fibra proveniente de frutas, verduras y legumbres, la inclusión de alimentos fermentados, la práctica regular de actividad física, una adecuada gestión del estrés y una correcta hidratación.

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